Un trastorno alimenticio, a pesar de lo que muchos creen, más que una mera cuestión estética, es desencadenado por la dificultad de reconocerse a uno mismo como persona, no aceptarse tal cual es externamente y mucho menos internamente, algo que termina por manifestarse en el cuerpo. Uno de cada tres adolescentes (entre mujeres y varones) en el país, tiene bulimia o anorexia. En tanto, “uno de cada siete empieza a tener problemas con su imagen, es significativo cómo va creciendo la preocupación por el cuerpo, cómo se comparan entre los adolescentes, lo que los lleva a buscar dietas”. . En general los tratamientos para desórdenes alimenticios se realizan de forma interdisciplinaria. Es decir, un grupo de profesionales de diferentes aéreas de la salud que trabajan en conjunto. Médicos, nutricionistas, psicólogos y psiquiatras acompañan a cada persona durante el proceso.
Este tipo de trastorno no afecta sólo a mujeres, cada vez más hombres padecen anorexia y bulimia. Los estereotipos que generan ideales inalcanzables no distinguen género. La cantidad de varones que padecen anorexia y bulimia aumentó desde el año 2000, hoy representan entre el diez y el quince por ciento de los pacientes en tratamiento. A pesar de que los síntomas son similares, en los varones se tarda más en detectar los trastornos por el mito de que es de mujeres, según datos de ALUBA.
Micaela tiene 22 años y dice: “Llegué al tratamiento porque la esposa de mi papá le contó a mi mamá que me veía rara”. Todo empezó cuando iba a quinto año del secundario: “Para mí significó una de las peores etapas de mi vida, ya no disfrutaba, ni siquiera de comer, de compartir una cena familiar. Estuve muy mal, muy aislada. Afectó la relación con mi familia, estaba irritable, me enojaba mucho en los momentos en los que había que comer, me encerraba en mi pieza. Con mis amigos me dejé de juntar, no estaba tan conectada…lo que me importaba era lo que me pasaba a mí y nada más".
Elena tiene 47 años trabaja, es madre y esposa. Empezó el tratamiento por desnutrición, tuvo un problema en la vesícula y luego de una cirugía su situación empeoró. “Creí que no iba a salir de esa. Puse mucha voluntad y empecé el tratamiento y estoy en medio de un proceso de asimilar qué es lo que pasó”.
Ana con 33 años y dos trabajos, es mamá de gemelas de cinco, vive con ellas aunque no siempre están juntas ya que hay días que se van con el papá. Empezó el tratamiento porque estaba muy ansiosa y teniendo muchos episodios de atracón y vómito. Depositaba todo su malestar e irritabilidad en sus hijas y su familia. Llegó pidiendo dejar de pensar en la comida porque era muy agotador.
Este tipo de trastorno no afecta sólo a mujeres, cada vez más hombres padecen anorexia y bulimia. Los estereotipos que generan ideales inalcanzables no distinguen género. La cantidad de varones que padecen anorexia y bulimia aumentó desde el año 2000, hoy representan entre el diez y el quince por ciento de los pacientes en tratamiento. A pesar de que los síntomas son similares, en los varones se tarda más en detectar los trastornos por el mito de que es de mujeres, según datos de ALUBA.