
GUILLERMO
ANDINO
Cara de las noticias argentinas, Guillermo Andino se anima en las mañanas con “Informados de Todo” dentro de un formato de actualidad en mix con historias de vida. De familia de periodistas, el conductor y productor reflexiona sobre el medio y descubre en la solidaridad otra manera de hacer televisión.
"Para mí es un volver a vivir”, arranca impetuoso Guillermo Andino sobre “Informados de Todo”, el nuevo magazine matutino de América, y recuerda, “hace casi veinte años volvía al canal con un magazine ‘Va por vos,’ que era la continuidad de lo hecho en el 13 con ‘Siempre listos’ junto a Federica País. Cambiamos para tratar la actualidad, algo novedoso en estos formatos, y nos fue muy bien. Hasta que me pidieron volver al noticiero y no paré, a la noche con Mónica Gutiérrez para despedirme en diciembre 2019, y al mediodía con diferentes compañeras hasta que nació Ramón hace cinco años. Y, sinceramente, necesitaba cambiar de aires. Caro (Carolina Prat, su esposa) dijo ‘vamos, hacelo, que fluya, hay que cambiar, hay que salir del estado de confort, ani- mate’. Y acá estoy,” remarca de- terminado el hacedor de “uno de los primeros programas con panelistas de la televisión argentina, “12 a las 12”, en la medianoche de América”
“Desde el año pasado venía hablando con las autoridades que deseaba otra cosa dentro de un canal que estaba reacomodando sus fichas. Además en los últimos tiempos había experimentado una vuelta a un estilo más dinámico en ‘Intratables’. Allí la gente recordó que este muchacho tenía dos piernas, giraba para los dos lados, podía preguntar sin cucaracha”, remata entre carcajadas Andino.
-¿Estaba cómodo en “Intratables”?
-(Piensa) La verdad me sentía muy bien pero mi único problema era que me levanto muy temprano para llevar a los chicos a la escuela y, luego, laburar en mi productora. Y con “Intratables” no paraba hasta la medianoche por que producimos mi programa sobre solidaridad más otro sobre espectáculos de Alexis Puig, y otro de medio ambiente, más ciclos en radios. No encontraba la posibilidad de cenar en casa. Y mi vida no tenía sentido.
-¿Qué hace que la vida tenga sentido?
-La vida tiene sentido cuando estoy más tiempo con mis hijos. No quiero trabajar nunca más en algo que haga que comience a las siete con el nene de cuatro dormido y vuelva a las doce con Ramón en la misma cama, misma posición.
-¿Y en el trabajo?
-Uno de los objetivos de “Informados de Todo” es que los columnistas crezcan. Yo puedo ser el conductor pero no quiero ser el único protagonista. Permitir que los otros crezcan otorga un atractivo para que acepte un proyecto. Y lo pueden chequear en mis 32 años de carrera, por ejemplo cuando vinimos a este canal trajimos, en los dos mil, un equipo que en su mayoría siguió delante y detrás de cámara.
“Lo que a mí me interesa es contar las historias de vida”, dice el ganador del Martín Fierro como conductor de noticias, y amplía, “Con los programas noté que hay una necesidad muy grande en la gente de tomar un canal de televisión y hablar de sus padecimientos y necesidades. Y uno a veces se convierte en una parte intermedia que puede darle una mano a quien lo está necesitando”, afirma Guillermo que presta sus servicios a fines solidarios, a veces poco conocidos.

-¿Por qué cree que el público busca una solución en la TV a sus problemas?
-Porque somos un país que no sale de la alternancia de gobiernos que van del mal en peor. Tenemos casi el 40 por ciento de pobreza y jubilados que no llegan a fin de mes. Ojalá que no pasara, que la gente no viniera ilusionada a un canal en vez de ir a la puerta de un ministerio o al Congreso. Pero pasa.
-¿La televisión tiene esa responsabilidad?
-No es una obligación, la televisión debe entretener e informar, pero es genial si puede paliar algún problema social, desde la escuela que tiene alguna carencia a una familia que vive con niños en la calle. Recuerdo que en 2002, pleno derrumbe, nosotros fuimos de los primeros en mostrar los trueques. Si además de un buen show televisivo podemos brindar un servicio, mucho mejor.
Moria Casán dice que la televisión es nuestro diván nacional. Y se van corriendo los límites de lo privado y público. En un país que sufre en un subibaja de malas y buenas, más malas que buenas, la tele se transformó en el lugar de la reparación social aunque sea simbólica.
-¿Tiene aún ilusiones con el medio?
-Yo quiero pertenecer a la televisión porque vivo de esto desde los dieciocho años. Me di cuenta que era lo mío cuando cobré mi primer sueldo, que podía pagar una cuota de un coche, y cuando firmé mi primer autógrafo.
Y siempre que estreno un programa tengo las ilusiones intactas.
Sigo sintiendo la misma ansiedad del chico que arrancaba con “Realidad 87”. Si no vibrara así, si no sentiría nervios, me retiro porque lo que me sigue manteniendo acá es esta linda presión. Parte de mi espíritu tiene que ver con los nuevos desafíos. Y no sentir que vivo de taquito.
-¿Qué noticias le cuesta dar?
-Aquellas que muestran los padecimientos de los adultos mayores o donde un chico es la víctima
Me pongo en el lugar del padre. Y me duele. No tengo miedo de llorar al aire, como tantas veces lo hice, por ejemplo con la tragedia de Cromañón (respira profundo).
“Muero de ganas de aprender de mis compañeros”, se repone, y con renovado brío acota enseguida el conductor de “Informados de Todo”, “sé que competimos con Ángel de Brito- y Lizzy – Tagliani- pero mi gran sueño es reconquistar el público que me seguía al mediodía en el 9 o América”, se sonríe enlazando una trayectoria que lo llevó a estar delante y detrás de cámara, “tal vez en un futuro sea mi lugar en el medio, así paso más tiempo con la familia”, adelanta.
“Yo no sería nada sin mi mujer y mi familia”, asegura sobre Prat, ex modelo y hoy artista plástica, y sus hijos Sofía, Victoria y Ramón, y comenta con una luz en el rostro, “pienso siempre en ver qué más se les puede dar. Eso es algo que me dejó mi viejo”, resume trayendo al gran periodista que fue su padre.
Reservado con su vida personal, en donde se relaja tocando la guitarra en la banda de su profesor, o coleccionando revistas deportivas, soldaditos y muñequitos de los chocolates Jack e historietas, confesó que “no hay nada mejor en la vida que tener una familia y aprender todos los días con los hijos. Es increíble”.

-Habló de su padre, ¿qué cosas le marcaron de él?
-El amor por el trabajo, la honestidad, la familia y el sentido que tiene la familia. Y, fundamentalmente, saber repartir los tiempos.
-¿Cómo era?
-Era un obsesivo del trabajo pero lo que más recuerdo es el tiempo que me dedicó (se quiebra). Creo que mis hijos lo que más van a recordar de mí es el tiempo que les dediqué. Siento que ellos valoran más eso que cualquier herencia material. Lo veo en cómo disfrutan nuestros tiempos juntos.
Por ejemplo Sofi disfruta si hacemos un trabajo práctico juntos, o Ramón si me siento a su lado para ver un dibujo animado. Y Vicky que entra en su adolescencia y hace que actualice mi manual del adolescente, ja. Yo sabía que papá laburaba mucho pero siempre tenía una media hora solamente para mí aunque mucho no lo pude disfrutar porque se me fue antes de los veinte (Pausa). Si hay algo que recuerdo es que yo estaba en su consideración. Eso vale oro.
TEXTO: MARIANO OROPEZA ( ESPECIAL)